Análisis de la poesía de Antonio Machado

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1. Temas de la poesía de Antonio Machado

La poesía de Antonio Machado es un universo cerrado de símbolos, de temas recurrentes que dan un sentido unitario a su obra. Estos cambian de intensidad según el momento y dotan a su poesía de una unidad indivisible. Los temas que aparecen en su obra son el tiempo, la muerte, Dios, el sueño, el amor, su biografía y el paisaje.

1.1. El tiempo

Machado, "poeta del tiempo", entiende el tiempo como algo vivo, personal, no como concepto o abstracción. El tiempo es la duración limitada, la historia individual de cada ser, que se hace, que pasa, pero que permanece en el recuerdo, donde se borran los límites personales. Es muy sensible ante el curso fatal de las horas y los días. Dialoga con el tiempo mediante estos símbolos: los poemas, el agua, los momentos del día, el paisaje, los caminos o el reloj, que son como representaciones de sí mismo.

  • El poema: La poesía es un arte eminentemente temporal: "la poesía es la palabra esencial del tiempo". Une dos elementos contradictorios: lo esencial y lo temporal. La poesía es la palabra que expresa lo que las cosas son, pero a través del contacto personal con ellas.
  • El agua: El agua del río, de la fuente, de la lluvia… son símbolos del fluir temporal, de la vida interior. El agua puede representar la muerte. Este tema-símbolo es quizá el que con mayor insistencia y también con mayor hondura se reitera a lo largo de su obra.
  • La mañana, la tarde, la noche: La mañana personifica sus sueños o recuerdos de cuando estaba ilusionado. La tarde suele expresar un sentimiento melancólico con adjetivos que connotan un estado de ánimo de depresión. La noche es un ser aparte, con quien puede hablar, donde puede encontrar las claves de su angustia para llegar a conocerse a sí mismo.
  • Los elementos del paisaje y el tiempo vivido: Los elementos que conforman el paisaje son imprescindibles. En su paso por el tiempo, el poeta se relaciona con ellos, y estos (el río, los árboles, los atardeceres) adquieren un sentido nuevo, personal. Se transfiguran en un espejo que refleja los estados del alma. Es ejemplar el proceso que sufre el olmo.
  • Los caminos: Están presentes desde sus primeras composiciones. El caminar errante es un sentimiento de pesar sin consuelo, una nostalgia de la vida que se va dejando atrás y que también participa en el horror de llegar. Los caminos pueden ser motivo de melancolía o de recuerdos del pasado, pero también símbolos de la vida.
  • El reloj: Es un símbolo opuesto a los anteriores, por ser un objeto real para medir mecánicamente el tiempo cronológico, no para medir el tiempo psíquico del hombre.

1.2. La muerte

Como el tiempo es el gran exterminador del ser humano, la muerte se manifiesta continuamente, en la brevedad de la vida o en la decadencia de las cosas, la destrucción, la enfermedad, la guerra o el crimen. Angustia personal hasta la melancolía e, incluso, la rebeldía. Los símbolos relacionados con este gran tema son múltiples: el ocaso, el otoño, la sombra, la luna o el mar, que con frecuencia simboliza la ciega inmensidad de la muerte (sigue la alegoría de las coplas de Jorge Manrique). Desde el principio de su obra, se palpa la honda turbación de su espíritu ante la muerte.

1.3. Dios

La presencia de Dios, aunque imprecisa y variable en el tiempo, ocupa en su pensamiento un lugar significativo. Se trata de un Dios en el que no se puede creer aunque se quiera; es el Dios añorado, soñado, deseado más que afirmado. Machado siente mucho más cercana la figura de Cristo porque ve en él el paradigma del hombre que sueña con la inmortalidad. La saeta: "No quiero pensar en el Cristo del madero, sino en el que anduvo en la mar".

1.4. El recuerdo y el sueño

Estos dos términos se asocian, ya que normalmente se refieren al soñar despierto con la propia vida. El sueño se erige en la mejor forma de conocimiento, las vías más directas son galerías de espejos donde se refleja la propia vida; mediante el sueño, revela el secreto de su "yo" más íntimo.

El sueño no sólo emana del hombre, sino que también de las cosas: sueña la naturaleza, los elementos que la conforman, convertidos en personificaciones. Sueñan la tarde, el campo, el agua de un río, de una fuente o de una noria. Tiene un recurso propio que consiste en atribuir a la naturaleza actividades de su propio espíritu, como soñar.

1.5. El amor

El deseo de amar y la necesidad de ser amado. Los poemas referidos a las dos pasiones de su vida ocupan el lugar más importante en su producción: los de su esposa Leonor y el amor otoñal, pero apasionado, de Guiomar.

El amor es para Machado un sentimiento ennoblecedor que dignifica al amante, quien, poseído de esa exaltación espiritual, comprende mejor la belleza del mundo y rescata las cosas del olvido, del tiempo y de la muerte.

1.6. Su biografía

En numerosos poemas evoca su infancia, su juventud, sus amores, incluso sus experiencias de la vida cotidiana. No sólo aparece la biografía externa, sino, especialmente, la espiritual. Puede considerarse un diario de su propia alma (el poema "Retrato").

1.7. El paisaje y el tema de España

Puede adoptar un valor doble: hay unos paisajes que sirven a la reflexión y otros que encauzan la efusión sentimental. Cuando utiliza el paisaje como reflexión, utiliza tres formas:

  1. Enumerar humildes realidades.
  2. Convertirlo en símbolo del pasado histórico de Castilla.
  3. Le puede servir para hacer una dura crítica socio-política, donde el crimen de los hijos contra su padre es un símbolo del Caín latente en el corazón humano, que acaba destruyendo a los mismos asesinos.

Cuando sirve para la efusión sentimental, los elementos del paisaje se transforman en símbolos de realidades íntimas, seleccionando los que prefiere, que es lo adusto, y acentuando lo que sugiere soledad, fugacidad o muerte. El paisaje es reflejo del mundo interior del poeta.

2. El lenguaje de Machado

En "Retrato", se declaraba enemigo de lo artificioso de la nueva poesía y se preguntaba si era clásico o romántico, para responder "no sé", expresando que aspiraba a una poesía de fuerza, no de exquisiteces. Fue un innovador libre, no de escuela, por ejemplo, en métrica. En lo espiritual, fue tradicionalista; preocupación por el ser, por el tiempo y la muerte, resignación ante la vida… temas que le dan ese tono de sinceridad tan conmovedor y que tanto impresiona a todos sus lectores.

Publica su obra añadiendo a su producción anterior las nuevas poesías, de manera que el lector tenga siempre presente la totalidad de su creación.

En todas sus composiciones, se perciben las tres condiciones que el poeta debe reunir, según Machado: ser cantor herido por la fatalidad, cuya melodía traduce los enigmas del corazón; ser hombre de reflexión, que medita sobre el destino y la historia de su país; y, por último, cantar la canción del alma. Para ello, debe buscar una expresión justa, directa, sencilla, natural, casi humilde, para la transmisión de sus ideas y sentimientos. Se trata de ser verdadero, de que la inspiración poética brote del contacto directo con la naturaleza ("yo filosófico").

Su poética rechaza tanto el romanticismo sentimental como la estética barroca y conceptista, porque conceden demasiado valor a la belleza formal, a la abundancia, a la exuberancia. Se mostró reticente frente a la estética modernista, aunque sintió profunda admiración por Rubén Darío. Para Machado, la poesía debe ser la expresión de todos los hombres, del corazón humano, del pueblo.

2.1. El léxico

Machado tiene un vocabulario predilecto. Rasgos:

  • El sentimiento de la vejez, de la melancolía, de la muerte: está presente en la repetición incesante y casi obsesiva de la palabra viejo, así como en expresiones alusivas a la decadencia de las personas o las cosas.
  • Las palabras que traducen la angustia, el hastío, el spleen del poeta: melancolía…
  • Los tonos sombríos.
  • La luz del día en sus distintas tonalidades y momentos.
  • El tiempo: los adverbios temporales. La alternancia entre el ensueño y la realidad: el lenguaje del poeta también da cuenta de su peculiar percepción del mundo.
  • Lo sobrenatural: buena parte de la atención de Machado se dirige al alma, atraída por un mundo espiritual, maravilloso o fantástico.
  • Tres aspectos manifiestan su deseo de comunión íntima con lo que le rodea: la frecuente humanización de las cosas; el empleo de diminutivos; y el uso persistente de emotivas exclamaciones e interrogaciones, que dan a sus versos un tono muy personal.
  • También es muy aficionado al uso de palabras raras y arcaísmos, que descubren su amor por las cosas o las formas de expresión de tiempos pasados.

2.2. Los procedimientos estilísticos

Busca sorprender, intrigar o fascinar al lector. Generalmente, los usa con mesura, sin abuso, pero con ellos consigue librar a sus poemas de toda impresión de monotonía.

  • Repetición de palabras o expresiones que produce un efecto de insistencia. También puede servir para imitar un movimiento o reflejar una emoción tan fuerte que resulta indecible.
  • Giros populares pertenecientes a la lengua familiar.
  • Símbolos que conforman el universo imaginario de Machado.
  • Utilizó metáforas parcamente y le gustaba repetirlas, a veces con pequeñas variantes.

2.3. La métrica

Ofrece una variedad extraordinaria de metros y estrofas, sin perder su natural espontaneidad. Sus poemas presentan una intensa armonía, una sorprendente mezcla de tradición y modernidad.

  • En Machado se hallan nueve variedades de versos; si bien muestra preferencia por el octosílabo y el endecasílabo. Este último se suele combinar con el heptasílabo. Nunca practicó el verso libre (alejandrino).
  • En cuanto a las estrofas, cultivó el soneto, el cuarteto y la redondilla. Del Modernismo, recibió el pareado y las silvas semi-libres. De la tradición popular, tomó las coplas, cuartetos, soleares, seguidillas y el romance.

Su poema típico es una combinación caprichosa e ilimitada de versos de siete y once sílabas con una asonancia única en los pares. No tiene estrofas, pero los versos aparecen casi siempre en grupos tipográficos para indicar al lector dónde debe observar las pausas. También empleó las rimas consonantes.

En definitiva, una conclusión parece imponerse: la de la complejidad, diversidad y originalidad profunda del lenguaje poético de Machado.

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