Álvaro de Campos: El Heterónimo Más Trágico de Fernando Pessoa y su Poema en Línea Recta

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"Poema en línea recta", de Álvaro de Campos

Álvaro de Campos aspiraba a ser un poeta de todos los tiempos, de todas las almas, de todos los entendimientos y de todas las emociones. Representa dos posturas estéticas diferentes: un canto a la modernidad y el hastío final del desasosiego.

La Relación entre Álvaro de Campos y Fernando Pessoa

Es el heterónimo más parecido al propio autor, al extremo de que hay críticos que afirman que fue el Pessoa más directo y natural, o sea, casi un seudónimo. Otros, en el colmo del juego de espejos, lo consideran más auténtico que el propio Pessoa, quien no se atrevió a ser el "creador de anarquías", el artista de vanguardia que soñó ser gracias a Campos, la máscara real en quien había puesto "toda la emoción que no se permitía ni a sí mismo ni a la vida".

Influencias y Características de Álvaro de Campos

Caeiro le había enseñado a tener "claridad, equilibrio, orden en el delirio y en el desvarío y a no intentar tener filosofía sino con alma", pero no pudo mantener esa serenidad. De modo que, así como Reis fue quien más se acercó a Caeiro, a Campos le corresponde haber sido quien más lo hizo a Pessoa. Pero, entre los cuatro, es el único que no sufre ninguna escisión entre la consciencia y las sensaciones, por eso está considerado como el poeta del sensacionismo por excelencia.

Al igual que los otros heterónimos, postula el paganismo, pero por revolta, por insurrección, por afán de colocarse a la vanguardia de todas las vanguardias. Es más radical en lo moral que Caeiro: es bisexual, sadomasoquista que se arrepiente, interesado por el ocultismo y autodestructivo. El cantor de la violencia de la vida con furor. Fue el heterónimo más trágico y quien más se debatirá contra lo que llamamos "lo real". Mientras Pessoa permanece buscándose a sí mismo con ambigüedad, Campos se orienta hacia la aceptación rabiosa de las múltiples contradicciones que lo dividen, tratando de comprender la realidad a través de las emociones con otra actitud diferente a la de Caeiro y Reis: mientras los otros heterónimos tienden a la concentración, él a la dispersión: inventaría sin límites, como un auténtico Walt Whitman redivivo. Ninguno será tan inconcluso como él (y, a la vez, tan completo). Fue el más moderno de todos ellos. Su poesía es tumultuosa, amplía el verso libre y representa el vanguardismo formal e ideológico dando pujanza a la sensación intelectual.

La Fase Nihilista de Álvaro de Campos

Este poema pertenece a su fase final en la que, tras una serie de decepciones con la existencia, asume una vena nihilista demoledora. No se va a cansar de recurrir al choque de contrarios sumando y dividiendo sin fundirlos en síntesis. En él todo va a ser un campo de fuerzas doble, duplicado, que siempre se desdobla. Y otra sorpresa: es un poeta metafísico que odia la metafísica, el cantor de la falta de sentido en lo que le rodea.

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