Alimentación Infantil: De la Leche Materna a la Mesa Familiar

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Alimentación del Recién Nacido (0-14 meses)

Leche Materna (4 a 6 meses de vida)

Características:

  • Cantidad de proteínas en proporción a las necesidades del organismo. No alergias ni intolerancias.
  • Grasas que favorecen el buen desarrollo del cerebro, evitan el colesterol y protegen de procesos crónicos.
  • Cantidad de sales minerales adecuada para evitar retenciones de agua, raquitismo o anemias.
  • Provee factores que mejoran las defensas de su tubo digestivo.
  • Favorece el contacto estrecho entre madre y bebé. Estos lazos afectivos inciden en la maduración afectiva y psíquica.
  • El bebé come lo que quiere y necesita, le ayuda a respetar su ritmo.

Lactancia Artificial

Cuando no es posible la lactancia materna o se necesita complementar la alimentación, se emplean leches adaptadas: son leches con una composición lo más parecida posible a la materna, basadas en leche de vaca modificada.

Clases:

  • Leches de iniciación (primeros meses).
  • Leches de continuación (a partir del 5º mes).

Consideraciones:

  • Menos digeribles que la materna por la mayor cantidad de proteínas.
  • Pueden generar alergias o intolerancias.
  • La leche aporta todos los nutrientes. Al final de este periodo, introducir zumos naturales diluidos con agua.

Alimentación de 4 a 12 meses

Alimentación Complementaria (a partir de los 4 meses)

Introducción progresiva de alimentos adicionales. Momento crítico en la adquisición de hábitos alimentarios.

  • 5/6 meses: Si se utilizan leches de iniciación, pasar a leche de continuación e introducir alimentación complementaria.
  • Alimentar con nuevos alimentos para responder a las necesidades nutricionales del pequeño y acostumbrarlo progresivamente a distintos sabores y texturas, definiendo preferencias y aversiones alimentarias.
  • Introducción progresiva y secuencial. Se dejará 1 o 2 semanas entre 2 alimentos nuevos.
  • Variar la forma de tomar el alimento, alternar biberón y cuchara, dulces y líquidos, papillas y espesos.
  • Se inicia con puré de frutas (evitar fresas, melón y melocotón, pueden dar alergia).
  • Continúa con verduras en sopa o puré, al que se le puede añadir algún alimento con proteínas y grasas (40gr de carne o pescado hervidos o a la plancha y después triturados).
  • 6 meses: Añadir cucharas de leche al biberón o en papilla, sustituyendo una toma de leche.
  • Hasta los 12 meses, cantidad mínima diaria de 500ml de leche o derivados.
  • 9 meses: Papillas de cereales con gluten. Con la introducción del gluten, tomar arroz, pasta, pan, galletas...
  • 6-8 meses: Alimentos sin triturar, acostumbrarse a trozos enteros en la boca.
  • 8 meses: Cambia la postura para comer, más incorporado, tiene las manos libres.
  • 12 meses: Alimentos básicos introducidos en la dieta: yema de huevo, legumbres, derivados lácteos.
  • 12-14 meses: Alimentación variada como la de un niño mayor.

Confección y Programación de Menús

Se basa en establecer una dieta equilibrada que aporte el valor nutritivo necesario y responda a las exigencias nutricionales y energéticas de cada edad.

  • Partir de un menú básico que se pueda adaptar a las diferentes edades modificando la cantidad al servir o la textura.
  • Se estructura a partir de grupos de alimentos básicos representados en la semana.

Proceso:

  • Primero se programan los segundos platos (carne, pescado, huevos) que aportan proteínas.
  • Programar primeros platos de féculas combinados con otros elementos. El primer plato no es guarnición del segundo.
  • Guarnición cruda, hervida o estofada según menú.
  • Postre: fruta mínimo 3 veces por semana, si hay ensalada, productos lácteos. Pan y agua completan el menú.

Otros aspectos importantes:

  • Aspectos sensoriales: contribuyen al desarrollo sensorial, son útiles para crear buenos hábitos alimenticios. Textura y masticación son importantes.

Variaciones para preparar menús especiales a partir del menú básico:

  • Adición de sal: básico sin sal para poder ser corregido.
  • Presencia de azúcar: diabéticos, oferta adecuada de postres.
  • Texturas: menús de texturas diferentes (puré, dieta blanda).
  • Opciones religiosas: sin carne de cerdo y derivados.
  • Colesterol alto: cumplir pautas de alimentación cardiosaludable.
  • Molestias agudas digestivas: menú blando (arroz blanco, crema de zanahoria, pollo, pescado blanco, manzana...).

Dificultades en el Proceso de Aprendizaje de Hábitos de Alimentación

  • Cuando no tiene apetito: Por cansancio, calor, comida poco atrayente, enfermedad o por estar relacionado con experiencias alimenticias que pueden predisponer a rechazar la comida.
  • Cuando nunca tiene suficiente: Generalmente autorregula sus necesidades de alimentación. Cuando no es así, hay que plantearse por qué y ayudar a poner límites.
  • Rechazo de nuevas texturas y sabores y selectividad del apetito: Relacionado con falta de apetito y hábitos alimentarios establecidos desde el primer momento. La actitud, en especial de la madre, es percibida como acogimiento o rechazo y condiciona la relación del niño con la comida.

El momento de la comida ha de ser relajado y agradable. No hay que forzar a comer, sino buscar el motivo de la inapetencia.

Ante la falta de apetito, reducir la cantidad, variar la alimentación o presentación y valorar que el niño autocontrole sus necesidades y preferencias.

La comida no se debe utilizar como moneda de cambio de nada. Hay que ser coherente entre comportamiento y recomendaciones verbales. Los adultos son el primer modelo.

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