Alegoría de la caverna significado de los elementos
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En Grecia, este consejo, por el contrario, era un proyecto de futuro. Lo que significaba es que cada uno de nosotros debe preocuparse por lo que hace, por lo que dice, debe analizar, conocer cuál es su comportamiento, para de esa manera modificarlo, dirigirlo. Se dice que la frase estaba inscrita en el templo de Apolo en Delfos, es decir que se trataba de una recomendación divina. Y esa recomendación era como una especie de pauta de comportamiento, del comportamiento que está por venir, un análisis para saber cómo hacer para ser mejor. Sócrates siguió este consejo. En la Apología de Sócrates, que Platón escribíó recordando la autodefensa que Sócrates hizo ante los tribunales, podemos enterarnos de que su actuación en Atenas consistía en “molestar” a sus conciudadanos, haciéndolos reflexionar acerca de su comportamiento, intentando convencerles del valor que tiene pensar sobre lo que uno hace.
De acuerdo a esto, la metafísica de Platón divide al mundo en dos distintos aspectos; el mundo inteligible —el mundo del auténtico ser—, y el mundo que vemos alrededor nuestro en forma perceptiva —el mundo de la mera apariencia—. El mundo perceptible consiste en una copia de las formas inteligibles o Ideas
. Estas formas no cambian y sólo son comprensibles a través del intelecto o entendimiento – es decir, la capacidad de pensar las cosas abstrayéndolas de como se nos dan a los sentidos. En los Libros VI y VII de la República, Platón utiliza diversas metáforas para explicar sus ideas metafísicas y epistemológicas:las metáforas del sol, la muy conocida "alegoría de la caverna" y,la más explícita, la de la línea dividida.
El amor a la verdad lleva consigo el deseo de saber y aprender. Es amor al conocimiento como proyección de la natural curiosidad del niño y de su no menos natural capacidad de asombro, que busca comprender el mundo, indagarlo, experimentarlo, a la vez que se descubre a sí mismo. Sócrates con tanta insistencia, el problema no es la ignorancia, sino la falta de interés por saber; no es no poseer alguna certeza, sino la carencia de impulso hacia ella, pues este abandono nos pone a merced de la esclavitud de la ignorancia y sus mercaderes. Cuando al ser humano se le anula su natural tendencia hacia el saber. ciertamente se le esclaviza en la peor prisión, la de la oscuridad mental, la ignorancia. continuando con Sócrates, la forma más grave de ignorancia no es la del que no sabe, sino la de quien carece de interés por aprender