Abdicación de Amadeo I: El Fin de la Monarquía Constitucional en España
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Amadeo I: Abdicación y fin de un reinado
El presente texto analiza el discurso de abdicación de Amadeo I de Saboya, pronunciado el 11 de febrero de 1873 ante las Cortes Españolas. Si bien podría considerarse un texto circunstancial, al emanar de la autoridad real, adquiere carácter jurídico. El destinatario directo fueron los diputados del Congreso y el Senado, representantes de la nación española.
Las causas de la abdicación
Tras un breve y turbulento reinado de dos años, Amadeo I comunicó su renuncia al trono español ante las Cortes, un acto prohibido por la Constitución que él, como rey constitucional, se había comprometido a observar. En el discurso, Amadeo I expone las razones que lo llevaron a abdicar.
El monarca señala la existencia de un enemigo interno: la propia sociedad española, fraccionada por conflictos sociales, políticos y económicos. Estos conflictos se manifestaban tanto por la vía armada (ejército, carlistas) como por la intelectual (grupos intelectuales). La situación era tan compleja que resultaba imposible encontrar una solución pacífica y constitucional que satisficiera a todos los sectores.
- Conflictos internos: La sociedad española se encontraba dividida por cuestiones sociales, políticas y económicas.
- Imposibilidad de consenso: No se encontraba una solución que contentara a todos los bandos.
- Amenaza de guerra civil: La polarización social amenazaba con desembocar en una guerra civil.
A esta compleja situación se sumaba la inestabilidad política dentro del partido gobernante, el progresista, dividido en dos facciones tras la muerte del coronel Prim: la radical de Ruiz Zorrilla y la constitucionalista de Sagasta.
Amadeo I, abrumado por la imposibilidad de encontrar una solución constitucional, el clima de guerra civil y la constante oposición al régimen, abdicó el 11 de febrero de 1873.
Contexto histórico y constitucional
La Constitución de 1869, promulgada tras la Revolución de 1868 y la expulsión de Isabel II, establecía los principios de una monarquía constitucional: soberanía nacional, división de poderes y amplios derechos y libertades.
- Soberanía nacional:
- División de poderes:
- Derechos y libertades:
Las Cortes, bicamerales (Congreso y Senado), ostentaban el poder legislativo con gran autonomía respecto al rey, quien ejercía el poder ejecutivo, con cierta iniciativa legislativa y la facultad de disolver las Cortes una sola vez. Los ministros refrendaban los actos del rey y eran responsables ante las Cortes. El poder judicial residía en los tribunales.
La Constitución garantizaba la libertad de asociación, reunión, expresión (lo que impulsaría el movimiento obrero) y la libertad de cultos.
La llegada de Amadeo I y su reinado
Tras la promulgación de la Constitución, Prim se encargó de buscar un nuevo rey. Mientras tanto, se estableció una regencia presidida por Serrano. Finalmente, Amadeo de Saboya fue elegido rey por una escasa mayoría parlamentaria.
A su llegada a España, Amadeo I se encontró con el asesinato de Prim, su principal apoyo político. Este atentado, junto con la fría recepción de la sociedad española, marcaron el inicio de un reinado complejo.
Amadeo I enfrentó la oposición de diversos sectores:
- La Iglesia: Contraria a la libertad de cultos y al anticlericalismo de las reformas.
- La aristocracia: Resentida por la pérdida de poder tras el sufragio universal masculino.
- La burguesía: Preocupada por el incipiente movimiento obrero, las medidas librecambistas y la situación en Cuba.
- Carlistas y republicanos:
La abdicación de Amadeo I, un desenlace imprevisto, condujo a la proclamación de la Primera República, una decisión tomada más por obligación que por convicción. Algunos historiadores consideran que con la marcha de Amadeo I se perdió una oportunidad para consolidar la monarquía constitucional en España.