Santo Tomás - Contexto
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Santo Tomás de Aquino vivió en un periodo, la Edad Media, y más concretamente, el siglo XIII, en el que las guerras eran constantes y el imperio carolingio se extendía por Europa en su tarea de unificar pueblos y defender el cristianismo. Los monasterios eran los centros culturales del momento, y los encargados de mantener, conservar y difundir las tradiciones y enseñanzas. Durante esta etapa, también se crearon las primeras universidades y la difusión del conocimiento que éstas supusieron para el avance del hombre.
La filosofía de esa época estaba marcada por el dominio de la escolástica, un movimiento de carácter teológico y filosófico que intentaba utilizar las fuentes grecolatinas para comprender la revelación religiosa del cristianismo. Por tanto, había mucha influencia de los autores clásicos, además de otras influencias judías y árabes, representadas en los autores Maimónides, Avicena y Averroes. Cinco problemas dominaban esta filosofía medieval: la relación entre fe y razón, y cuál de las dos era más importante y verdadera; el intento de demostrar a Dios a través de la razón; la relación entre el mundo celestial y el mundo terrenal, y el desprecio a este último; la cuestión de los universales y la realidad a la que nos referimos cuando usamos uno de estos términos; y el problema de la libertad humana.
Todas estas ideas, problemas y enseñanzas influyeron en Santo Tomás y su obra. Ésta incorpora y sintetiza elementos de las Sagradas Escrituras, de la tradición patrística y medieval y de la filosofía de San Agustín. Además, en sus obras se pueden hallar ideas y elementos aristotélicos, como las teorías del movimiento, el hilemorfismo, el primero motor inmóvil,… así como de otros autores, como Platón, Averroes, Maimónides o Avicena. Las principales obras de Sto. Tomás son: “Suma Teológica”, cuyo tema principal es la demostración racional de la existencia de Dios, y cuya repercusión fue tal que incluso se usó como libro de texto en las universidades de la época; y la “Suma contra gentiles”. Ambas obras están formadas por la misma estructura: se dividen en tratados, éstos a su vez en cuestiones, y éstas en artículos. Estos artículos, a su vez, se dividen en cinco partes: pregunta, argumentos en contra de esa pregunta, argumentos a favor, solución y respuesta del autor. Además de estas, Sto. Tomás escribió otras obras, como los comentarios de las Sagradas Escrituras, a otros autores, como Pedro Lombardo, Boecio o Aristóteles y obras menores u opúsculos, “Del ente y la esencia”, “De la entidad del mundo”, …
En cuanto a las repercusiones del autor, Sto. Tomás fue capaz de incorporar al mensaje cristiano el pensamiento aristotélico. En 1879, la doctrina tomista fue adoptada como oficial de la Iglesia Católica, que permitió que su figura se recuperase, y se crease la doctrina neotomista. A su vez, el problema fe/razón continúa hasta nuestros días: hay partidarios que defienden lo que afirma literalmente la Biblia, y hay quien está a favor de las innovaciones aportadas por la ciencia y la razón.