La guerra civil española

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1) LA SUBLEVACIÓN MILITAR Y LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL
CONFLICTO.
1.1.- LA SUBLEVACIÓN MILITAR
El golpe de Estado fue concebido como un clásico pronunciamiento que
correspondía a la tradición del s.XIX. Contando con el apoyo de civiles armados
(tradicionalistas y falangistas), algunas guarniciones se declararon en "estado de
guerra", se apoderaron de los órganos del gobierno (ayuntamientos, gobiernos
civiles...) y formaron una junta de altos jefes militares para "restablecer el
orden". Este pronunciamiento encontró en 1936 unas condiciones que lo
hicieron derivar hacia un enfrentamiento civil armado.
El alzamiento del 18 de julio.
El día 17 por la tarde, tropas coloniales ocuparon Ceuta, Melilla y Tetuán
después de eliminar cierta resistencia de militares y obreros republicanos. Todo
el protectorado de Marruecos, donde estaban las mejores tropas, quedó en
manos de los sublevados. A pesar de que la gravedad de los hechos no era
desconocida para el gobierno de Casares Quiroga ni para el presidente Azaña,
estos no tomaron ninguana medida: piden calma y Casares se niega a entregar
armas a las organizaciones de izquierdas.
El día 18, a pesar de la confusión, está claro que se ha producido una
insurección. El general Franco había salido de Canarias hacia Marruecos para
dirigir el ejército insurrecto. En la península Mola declaró el estado de guerra y
ocupó Pamplona, Queipo de Llano se apoderó de Sevilla y extendía la

insurrección por Andalucía y durante la noche la sublevación triunfaba en gran
parte de Castilla la Vieja y Aragón. Presionado por los acontecimientos (miles
de manifestantes en la Plaza Mayor de Madrid reclamaban armas y se oían
gritos de traición), Casares Quiroga dimitió la misma noche del 18 de julio.
Azaña nombró a José Giral (IR) presidente de un gobierno formado por
republicanos, pero apoyado por el FP. Cuando a la mañana siguiente (19) el
gobierno autorizó la entrega de armas a los sindicatos y partidos de la coalición,
la división del territorio español en dos partes antagónicas se había consumado.
La consolidación de los dos bandos.
Pronto se vio el fracaso del golpe militar. En Madrid los destacamentos
sublevados (Cuartel de la Montaña) fueron reducidos por obreros armados
dirigidos por oficiales de caballería y aviación. En Barcelona algunas unidades
rebeldes ocuparon el 19 algunos puntos de la ciudad, pero la CNT, la guarda
civil y los guardias de asalto hicieron fracasar el alzamiento.
Desde Cataluña hasta Málaga, la cuenca mediterránea quedó del lado de
la República, una vez sofocada la insurrección en Valencia y Cartagena.
También permaneció leal Castilla la Nueva, parte de Extremadura y de
Andalucía. En el Norte, la actitud de José Antonio Aguirre (Presidente del PNV)
fue decisiva para que el País Vasco permanezca en el bando gubernamental
excepto Álava, al igual que el resto de la costa cantábrica, excepto Galicia y
Oviedo.
Desde el punto de vista económico el territorio republicano comprendía:
los principales centros industriales, la agricultura de exportación y los centros
mineros del Norte y de Andalucía. Además disponía del oro del Banco de
España, aunque en los primeros momentos fue difícil adquirir armas en el
extranjero. La posición militar era comprometida: aunque la mayor parte de la
flota y de la aviación permanecieron leales, desconfiaba el gobierno de la mayor
parte de la oficialidad de tierra: el gobierno optó por disolver el ejército. El peso
de los primeros combates cayó de forma espontánea en las milicias de los
partidos (PSOE, PCE, IR, POUM) y de los sindicatos (CNT, UGT) bajo el mando
de sus líderes (Durruti) o militares leales (general Miaja).
Después de sofocar el alzamiento en Madrid y Barcelona columnas de
milicianos partieron para intentar recuperar Zaragoza, Córdoba, Albacete,
Guadalajara, con resultados desiguales. Económicamente, la zona insurrecta
contaba con la mayor parte de las tierras de cereales y algunos centros de
explotación minera y agrícola (wolframio, piritas). Militarmente contaban con
buenos oficiales, pero desconfiaban de los soldados de reemplazo. Las mejores
tropas (47.000 hombres de regulares y la legión, más los mercenarios moros)

estaban en Marruecos bajo el mando de Franco. Pasar esas tropas a la Península
era lo fundamental.
1.2.- LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO.
Las potencias fascistas europeas (Alemania, Italia y Portugal), al margen
de todo compromiso internacional y después de las primeras dudas, decidieron
dar apoyo sistemático a los rebeldes: a finales de julio, 32 aviones enviados por
Alemania e Italia
establecieron un puente aéreo pasando 20.000 soldados del ejército colonial a la
Península.
Estos hechos eran conocidos en Europa, y León Blum (F.P. francés) inició
conversaciones para llegar a un acuerdo de "no intervención" en el caso español.
A lo largo del mes de agosto se adhieren Inglaterra, Alemania, Italia, Portugal,
URSS y otros países hasta un total de 27. Mientras, Francia cerraba su frontera e
Inglaterra decretaba el embargo total a la República y comisiones militares de
Alemania e Italia se proponían aumentar la ayuda logística, e incluso un envío
de personal militar. Perdida la posibilidad de comprar armas en Europa, en sus
posibles aliados naturales, la República se vio obligada a comprarlas en el único
país dispuesto a venderlas: la URSS.
A partir de octubre de 1936 se generalizan los envíos de armas y asesores
militares, que se pagaron con 510 toneladas de oro del Banco de España.
También será importante desde el punto de vista de su efecto moral la presencia
de los voluntarios extranjeros de la Brigadas Internacionales. La participación
alemana fue particularmente importante en aviación (legión Cóndor), artillería,
carros y equipos de transmisión. La participación italiana será más numerosa,
pero de menor importancia estratégica.
2) ETAPAS Y DESARROLLO DE LA GUERRA.
El golpe y el estallido de la guerra provocaron la destrucción de las
estructuras estatales de la II República. En el bando nacional el poder quedó en
manos de un grupo de generales, que, siguiendo las propuestas de Mola,
establecieron un estado autoritario y militarizado.
En el bando republicano el gobierno de la República perdió el control de
la situación y el poder real quedó en manos de comités obreros organizados por
partidos y sindicatos que no estaban sometidos a ningún tipo de poder
centralizado.

En los primeros momentos de la guerra hubo una enorme represión en
ambos bandos. Las ejecuciones y los asesinatos se extendieron como una
pesadilla por todo el país. La represión en la zona nacional se dirigió
esencialmente contra los militantes obreros y campesinos, aunque algunos
intelectuales, como Federico García Lorca, fueron también víctimas del horror.
La represión estuvo bastante organizada y controlada por las autoridades
militares. Este hecho no impidió que pistoleros falangistas descontrolados
protagonizaran excesos de todo tipo.
En la zona republicana los grupos que sufrieron la violencia fueron
esencialmente los sacerdotes y las clases adineradas. Jose Antonio Primo de
Rivera, prisionero en Alicante al estallar la guerra, fue juzgado y ejecutado. Tras
el caos inicial en el que se produjeron graves excesos, el gobierno fue
controlando poco a poco la situación y la represión se atenuó.
2.1.- El avance nacionalista durante los primeros meses de la guerra
Un elemento clave para comprender la victoria final de los nacionales fue
el "puente aéreo" organizado con aviones alemanes e italianos que permitió el
rápido traslado del Ejército de África a la península. Los legionarios y regulares,
fuerzas profesionales que superaban con facilidad a las desorganizadas milicias
obreras y campesinas, iniciaron un rápido avance hacia Madrid. En el camino,
el general Yagüe que mandaba las columnas decidió desviarse hacia Badajoz.
La ciudad cayó y se inició una brutal represión que escandalizó al mundo y
produjo un gran número de víctimas.
Las tropas continuaron su avance hacia Madrid y antes de alcanzar
Madrid, Franco decidió desviar de nuevo las tropas para liberar a la guarnición
asediada en el Alcázar de Toledo. La "liberación del Alcázar" fue un gran
triunfo propagandístico para Franco. Mientras, Mola tomó Irún y San Sebastián
aislando al País Vasco de la frontera con Francia.
2.2.-La Batalla de Madrid
El 18 de octubre de 1936 las fuerzas nacionalistas dirigidas por Varela
llegaron a las afueras de Madrid. En noviembre de 1936 se inició la Batalla de
Madrid. El 4 de noviembre de 1936 ocuparon Alcorcón, Leganés, Getafe y
Cuatro Vientos. La caída de la capital en manos de las tropas rebeldes parecía
inminente.
Ante la superioridad militar de las fuerzas nacionales, partidos y
sindicatos obreros alentaron la movilización del pueblo madrileño para
defender su ciudad. El grito de "¡No Pasarán!" se hizo celebre en todo el mundo.
La moral de la población madrileña aumentó con la llegada de refuerzos
exteriores. Las Brigadas Internacionales, cuerpo de voluntarios organizados

esencialmente por los comunistas; tanques y aviones rusos, la columna del
anarquista Durruti ... llegaron para ayudar en la defensa de la capital.
La ciudad fue sometida a bombardeos aéreos por aviones Junker
alemanes y se produjeron duros combates en la Casa de Campo, la Ciudad
Universitaria y el Puente de los Franceses. Las tropas republicanas consiguieron
resistir y, finalmente, Franco ordenó el fin del asalto frontal a la ciudad.
2.3.-Las Batallas del Jarama y Guadalajara. La toma de Málaga
Tras fracasar en su intento de atacar frontalmente a Madrid, Franco
intentó cercar a la capital. Este intento dio lugar a la batalla del Jarama, una de
las más encarnizadas de la guerra, y la batalla de Guadalajara, donde las tropas
italianas enviadas por Mussolini fueron derrotadas. Mientras las tropas
franquistas tomaban Málaga y de nuevo se producía una dura represión. El
fracaso ante Madrid hizo que Franco optara por una nueva estrategia: ya no
busco acortar el conflicto, sino que fue atacando las zonas más débiles de los
republicanos.
2.4.-La Campaña del Norte.
De la primavera al otoño de 1937, las tropas nacionales conquistaron la
zona norte republicana que había quedado aislada del resto del país. Uno tras
otro, el País Vasco, Cantabria y Asturias fueron cayendo en manos de Franco.
Durante esta campaña tuvo lugar el célebre bombardeo de Guernica. La
Legíon Cóndor, grupo aéreo alemán enviado por Hitler, bombardeó una ciudad
sin interés militar y la arrasó. Este acto, que luego en la segunda guerra mundial
se convirtió en rutinario, provocó un escándalo mundial e inspiró a Pablo
Picasso en su célebre cuadro.
Durante la campaña vasca, Mola, el único general que podía competir
con Franco en el liderazgo del bando nacional, murió en accidente de avión.
Tratando de distraer fuerzas nacionalistas de la campaña del norte, los
republicanos organizaron la ofensiva de Belchite en Aragón. El fracaso fue total
y finalmente las tropas franquistas tomaron todo el norte del país.
La conquista del norte tuvo graves consecuencias para la República. No
sólo perdieron las minas de carbón y hierro de la zona, sino que, en adelante,
los franquistas pudieron concentrar todas sus tropas en la zona sur.
2.5.-De Teruel a la batalla del Ebro
En diciembre de 1937, tuvo lugar una ofensiva republicana en Teruel. Las
condiciones climáticas marcaron una ofensiva que finalmente fracasó. Tras
asegurar el dominio de Teruel, Franco lanzó una ataque general en Aragón. El
éxito fue fulgurante y el 15 de abril de 1938 las tropas nacionales llegaron a
Vinaroz en el Mediterráneo. La zona republicana quedó partida en dos.
La última gran ofensiva republicana dio lugar a la Batalla del Ebro en
julio de 1938. Con más de 100.000 muertos, esta fue la más cruenta de las
batallas de la guerra civil y agotó definitivamente la moral y las reservas
republicanas.
2.6.- El final de la guerra
La antesala del fin de la guerra fue la ofensiva nacionalista contra
Cataluña. Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la frontera
francesa en febrero de 1939. Antes se había producido un enorme y patético
éxodo de población. Más de 500.000 personas huyeron a Francia, donde fueron
hacinadas en campos de concentración.
Ante la inminente derrota, las divisiones internas se hicieron aún más
profundas en el bando republicano. El gobierno de Negrín, con el apoyo de los
comunistas y parte de los socialistas, proponía la resistencia a ultranza. El
objetivo era que el conflicto español quedara integrada en la inminente guerra
europea y mundial que todo el mundo veía venir. De esa manera, la República
española encontraría aliados que le permitirían cambiar el signo de la guerra.
Contra esta posición, y defendiendo la negociación de la derrota con
Franco, el coronel Casado dio un golpe contra el gobierno de Negrín. Pese a las
propuestas de negociación de Casado, Franco exigió la rendición incondicional.
El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid y el 1 de Abril de
1939 terminaba la sangrienta guerra. Una larga dictadura vino a sustituir al
ensayo democrático de la segunda república.
3) LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LAS DOS ZONAS.
3.1.- LA ZONA REPUBLICANA
La revolución de 1936:el poder popular
.
Se produjo un movimiento revolucionario espontáneo y plural que con
mayor o menor recelo fue sancionado por el gobierno central o de la
Generalitat. Se crearon órganos de poder popular (comités de milicias
antifascistas, comités del Frente Popular) que dirigían el esfuerzo bélico y la
vida civil de retaguardia: transportes, órden público, abastecimientos...
Excepto en el País Vasco la mayoría de las industrias fueron colectivizadas,
pasan a control de las organizaciones obreras. Aunque algunas industrias
básicas (centrales eléctricas, CAMPSA, astilleros) fueron intervenidas por el
gobierno central. La banca no fue nacionalizada.

La colectivización del campo fue más drástica, y en algunas regiones de
Aragón, Castilla la Mancha se colectivizó todo el término municipal, dando
paso a experiencias de comunismo libertario, llegando a sustituir el dinero por
vales, que se repartían tanto en función del trabajo realizado como de las
necesidades familiares.
El enfrentamiento republicano: los sucesos de mayo de 1937. En
septiembre de 1936, con el fin de aglutinar todas las fuerzas políticas que
luchaban contra los sublevados, Azaña aceptó con desgana formar un nuevo
gobierno que presidirá Largo Caballero con ministros comunistas y después
anarquistas. Este gobierno pretendía centralizar el esfuerzo bélico
(militarización de las milicias) y reconstruir el Estado republicano manteniendo
las conquistas revolucionarias de los primeros momentos. Pero habrá fuertes
divergencias internas sobre cómo plantear la guerra: los republicanos, parte del
PSOE y un PCE fortalecido por la ayuda soviética y por el prestigio de sus
unidades de combate (V Regimiento) defendían la reconstrucción del Estado
republicano; frente a esta postura, el sector radical del PSOE-UGT (Largo
Caballero), la CNT-FAI y el POUM postulaban el orden revolucionario surgido
de la guerra.
Este conflicto cristalizó en un enfrentamiento armado en Cataluña el 2 de
mayo de 1937 cuando las tropas de la Generalitat pretendieron ocupar la
Telefónica de Barcelona ocupada hasta entonces por la CNT. El enfrentamiento
acabó con la llegada a Barcelona de parte de la flota y un contingente de
guardias de asalto de Madrid. A corto plazo, las consecuencias de estos hechos
fueron la asunción por parte del gobierno central de las competencias de la
Generalitat en defensa y orden público y la caída de Largo Caballero. A largo
plazo, el anarco-sindicalismo quedaba desplazado de los centros de decisión en
beneficio de la posición política del PCE. La guerra toma una nueva orientación
bajo un nuevo gobierno presidido por el doctor Negrín. En octubre de 1937 este
gobierno traslada su sede a Barcelona.
Los esfuerzos de Negrín por parar el avance franquista.
La caída del Norte en otoño de 1937, la intervención italo-alemana
produjjo un cierto pesimismo en el bando republicano. Negrín consiguió un
cierto consenso en su política de resistencia a ultranza. Esta política pasaba por
el control por parte del Estado de todos los recursos, la paralización de las
experiencias colectivistas y un planteamiento de gerra convencional a cargo de
un ejército regular, el Ejército Popular.
Esta nueva orientación provocó numerosos conflictos: los dirigentes del
POUM fueron encarcelados y su lider Andreu Nin fue asesinado por agentes de
Stalin tras los sucesos de mayo. Fuerzas gubernamentales disolvían las
colectivizaciones aragonesas. Muchos de los que se habían opuesto a los
rebeldes en julio del 36 se sentían traicionados y sentían rencor.
Los trece puntos del gobierno de Negrín.
A lo largo de 1938 las derrotas reducían la capacidad de resistencia.
Negrín reaccionó asumiendo la cartera de Defensa y formando un nuevo
gobierno, incluyendo a la CNT para continuar la guerra bajo el lema "resistir es
vencer". Para obtener el apoyo internacional y como propuesta indirecta al
bando sublevado, Negrín elaboró un programa de "trece puntos" sin que tenga
mucho eco ni dentro ni fuera de España. Por un lado estaba claro que Franco
sólo aceptaría una rendición sin condiciones. Por otro lado, Francia e Inglaterra
no escondían su política de concesiones a Hitler a costa de terceros países
(Austria, Checoslovaquia, España). Por su parte, Stalin, que había apoyado la
política de frentes populares para hacer frente al peligro de un enfrentamiento
con Alemania, ante el pacto de Munich de septiembre de 1938 abandonaba esta
política y preparaba su propio tratado de no agresión contra Hitler. La
República española tenía así los días contados.
3.2.- LA ZONA NACIONAL
El ejército vertebrador del nuevo régimen
.
Los jefes militares no tenían un proyecto político definido. Había
africanistas apolíticos (Mola, Franco) o simpatizantes de la Falange (Yagüe,
Muñoz Grandes), monárquicos (Orgaz, Fanjul), carlistas (Varela) e incluso
masones republicanos (Queipo, Cabanellas). Cabanellas, por criterio de
escalafón, presidió una Junta de Defensa Nacional creada en Burgos el 24 de
julio del 36 que "asumía todos los poderes del Estado".
La Junta de Burgos prohibió la actividad de todos los partidos políticos.
Los decretos relativos a la agricultura paralizaron la obra de la reforma agraria
del Frente Popular. Para cubrir las necesidades de guerra, la Junta pasó a
controlar toda la actividad financiera y se incautó de algunas industrias
fundamentales, como la construcción naval.
Hacia el mando único: Franco.
En la zona sublevada Franco se fortalece en relación a la Junta de
Defensa: su ejército marchaba hacia Madrid, monopoliza la ayuda fascista. Un
decreto datado en Burgos el 1 de octubre de 1936 nombraba a Franco
Generalísimo y Jefe del Gobierno del Estado español y como tal "asumía todos
los poderes del Estado". De hecho, Franco había asumido el control militar, pero
le faltaba un aparato político para vertebrar el nuevo Estado que se iba
configurando: por un decreto de 1 de abril de 1937 Franco era nombrado jefe
del nuevo partido único, Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de
Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS), en el que quedaban
integrados todos los grupos políticos que apoyaban el alzamiento. El control
militar estaba garantizado por la pertenencia del todos los jefes y oficiales del
ejército al nuevo partido.
El decreto de unificación provocó una cierta oposición en algunos
miembros de la vieja guardia del carlismo (Fal Conde estaba exiliado) y de la
Falange. Jose Antonio había sido fusilado en la zona republicana y su sucesor,
Hedilla, reacio a la unificación, fue condenado a muerte por Franco y luego
indultado.
El gobierno de Burgos.
El 30 de enero de 1938 se forma el primer gobierno de Franco, que era
jefe del Estado y presidente de gobierno. Entre las leyes que va a apobar
destacan:
A) Marzo 1938: Fuero del trabajo. Se asientan las bases del sindicalismo
vertical como organismo estatal que incluía empresarios y trabajadores.
Se consideraban como actos subversivos o "delitos de lesa patria" las
huelgas y reclamaciones colectivas.
B) Leyes sobre la prensa e imprenta.
C) Legislación favorable a la Iglesia: derogación de las leyes del
matrimonio civil y el divorcio, culto religioso en la enseñanza y el
ejército, retribución estatal a los sacerdotes...
D)ley de responsabilidades políticas. Facultaba a los tribunales mixtos
(representantes del ejército, poder judicial y la Falange) para la aplicación
de penas como la apropiación debienes a personas ligadas a partidos de
izquierdas.
3.3.- CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.
La guerra tuvo consecuencias importantes para España en varios órdenes:
muertes, exilio, represión y grandes pérdidas económicas.
a) Pérdidas demográficas: las cifras son polémicas, pero se estiman en al menos
un millón de personas: unas 300.000 en los campos de batalla, unos 200.000
fusilados y asesinados, más las pérdidas por enfermedades y desnutrición. A
estas cifras hay que añadir, como en todas las guerras, el descenso de la
natalidad. La ejecuciones relacionadas con la guerra no acabaron con ésta,
puesto que todavía en 1941 se produjeron en España 33.394 muertes violentas.
b) El exilio: Tuvo relevancia desde el punto de vista cualitativo: intelectuales,
científicos, etc. Se ha hablado de dos exilios: en Francia fue un exilio
mayoritariamente obrerista; en México fue un exilio de intelectuales. Además
de en estos dos países, en menor medida, también hubo exiliados en el norte de
África, la URSS y otros países iberoamericanos. Es difícil calcular su número,
pues muchos fueron regresando con el tiempo. Y algunos, acabaron en los
campos de concentración nazis.
c) La represión: Además de los que perdieron la vida, era importante el número
de los condenados a penas diversas, los topos (personas que permanecían
escondidas), el llamado exilo interior ( personas que eran rechazadas por
haberse identificado con el bando perdedor), los depurados y, finalmente, sobre
todo hasta 1945, el maquis.
d) Las pérdidas económicas: descenso de población, pérdida de las reservas de
oro del Banco de España, gastos de la guerra, destrucción de infraestructuras. El
bienestar anterior a la guerra no se superaría hasta dos décadas después de
acabada ésta.

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