El hombre
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1.¿Qué es el hombre?
dos puntos de vista:
- Biológicamente, es un animal mas de la naturaleza una especie que ha evolucionado y se ha extendido por toda la tierra.
- Culturalmente, es un ser social que se ha reunido en grupos con una organización altamente compleja de convivencia llamada sociedad.
1.1El animal y el hombre
El animal y el ser humano comparten una serie de características, pero a la vez mantienen unas diferencias que hacen que esta ultima especie sea única.
Dos diferencias fundamentales:
··El ser humano es capaz de crear y transmitir cultura a través del lenguaje. La cultura es el conjunto de conocimientos, costumbres, creencias, arte, derecho, moral, etc., propios de una sociedad.
·El ser humano tiene conciencia de la realidad de vivir. Esto le permite ser capaz de anticipar lo que va a hacer con su vida, tener proyectos y pensar en cómo ponerlos en marcha.
La capacidad humana de decidir
Puesto que el hombre tiene conciencia de su vida, puede orientarla y decidir sobre su futuro. Así, elabora proyectos y planea cómo llevarlos a cabo. Sin embargo, muchas personas se sienten desorientadas, no saben lo que quieren y piensan que su vida no tiene sentido. Por ello, los psicólogos dicen que una de las claves de la felicidad es ser capaces de elaborar proyectos e irlos cumpliendo. En la medida en que logremos culminar un proyecto empezaremos a pensar en el siguiente.
En la realización de todo proyecto es preciso tomar decisiones, por eso estas desempeñan un papel esencial en nuestras vidas. A la vez que nos desarrollamos como personas, progresamos en la capacidad de ser coherentes a la hora de tomar decisiones importantes.
2. LA CONDICIÓN HUMANA
2.1 La persona y la condición humana
Todos los seres humanos, por el hecho de serlo, compartimos un conjunto de características que nos definen como grupo y nos diferencian de otras especies animales. Además, todos los seres humanos llevamos implícita la condición de ser persona. Luego, a lo largo de la vida, desarrollaremos esta condición, lo que supone un incremento de la capacidad de orientar la propia vida y de ejercer la capacidad de elegir.
El ser humano es un ser social que necesita de la relación con otras personar para desarrollarse. Por tanto, todo desarrollo personal exige la existencia de un espacio compartido en el que el ser humano se relacione con otros humanos e intercambie ideas, pensamientos, sentimientos, estados de ánimo, etc.
2.2 La identidad personal
Todos somos iguales en tanto que pertenecemos a la especie humana. Sin embargo, cada persona es diferente y única y posee su identidad personal.
La identidad personal es la conciencia de uno mismo como entidad separada del mundo exterior. Esta se construye a lo largo del tiempo acompañando a nuestro proceso madurativo, aunque es en la adolescencia cuando se sientan las bases que se consolidarán en la edad adulta.
2.3 Los interrogantes del ser humano
A lo largo de su vida, las personas construyen su personalidad, forman su manera de ser y adquieren una serie de valores. Ello es posible mediante el desarrollo de sus capacidades físicas, intelectuales y afectivas.
Además, el ser humano está abierto a la trascendencia y se plantea y busca respuestas a numerosos interrogantes en torno a su existencia:
Interrogantes relativos a la condición humana: son aquellos que intentan dar una respuesta ante los grandes enigmas de la vida, como la naturaleza del hombre, el sentido de la existencia o problemas como el sufrimiento o la muerte.
Interrogantes morales: son aquellos que intentan responder a preguntas como ¿qué debo hacer?, ¿qué valores deben guiar mi comportamiento y mi relación con los demás?, etc.
Interrogantes técnicos y culturales: son aquellos que permiten responder a los retos, aspiraciones y dificultades de la vida cotidiana en nuestras sociedades.
3. LA PERSONALIDAD
A lo largo de la vida construimos una identidad personal propia y todo aquellos que da sentido a la tónica general de nuestro comportamiento es nuestra personalidad.
La personalidad es el conjunto de características que determinan la forma de ser y actuar de una persona. Los rasgos de nuestra personalidad vienen definidos por una red de sentimientos, emociones, afectos, deseos, etc., así como por la inteligencia y la memoria.
3.1 Los sentimientos
Los sentimientos son el conjunto de emociones, sensaciones y afectos que se originan en nosotros cuando nos relacionamos con las cosas y con otras personas que nos rodean.
Los sentimientos afectan a nuestro estado de ánimo, influyen en nuestro comportamiento y nos producen sensaciones de placer o de dolor. Son herramientas muy útiles para la relación personal (emocional y afectiva) con personas, animales y cosas, y con uno mismo (pensamientos, deseos, ilusiones, fantasías, sueños, etc.).
3.2 La inteligencia
La inteligencia es la capacidad de dirigir nuestro comportamiento para enfrentarnos con éxito a situaciones nuevas y relacionarnos con el entorno.
Sin embargo, la inteligencia no solo maneja conocimientos. De hecho, aprender a reconocer y utilizar los sentimientos y las emociones es muy importante para afrontar las situaciones y problemas de nuestra vida.
La llamada inteligencia emocional es la capacidad para tratar con nuestros estados de ánimo, sentimientos y emociones y relacionarnos de manera positiva y efectiva con las cosas y con los demás.
Efectivamente, toda persona tiene que ser libre para poder hacer con su vida lo que estime más conveniente. Si no somos libres, no podremos hacernos responsables de nuestros actos.
4.2 El ejercicio de la libertad
La libertad es la facultad natural que tiene el hombre para obrar de una manera u otra, o para no obrar. Se trata de una cualidad íntimamente relacionada con la responsabilidad, ya que solo un hombre libre puede responsabilizarse de sus actos.
¿Somos realmente libres? En muchas ocasiones las actividades del hombre estás condicionadas por las circunstancias en las que le ha tocado vivir (lugar, época histórica, entorno, etc.).
Así, en el ejercicio de la libertad el ser humano encuentra los siguientes límites:
·Las pautas de conducta que le indican lo que debe y lo que no debe hacer.
·El hecho de vivir en comunidad, que le impone la necesidad de limitar su libertad para garantizar la libertad ajena.
Muchos pensadores opinan que, aun así, el ser humano puede elegir a pesar de cualquier límite o condicionante que se le imponga.
El ejercicio de la libertad puede observarse desde dos dimensiones:
·Desde la dimensión actual permite la realización personal.
·Desde la dimensión histórica favorece que las sociedades sean cada vez más justas.
Ambas dimensiones estás estrechamente conectadas. Lo que hagamos en la historia condiciona nuestras posibilidades presentes de realización personal y, a su vez, estas sientan las bases de lo que será la sociedad futura.
5 MORAL, ÉTICA Y POLÍTICA
La moral, la ética y la política son las tres dimensiones de la acción del hombre. La moral y la ética confluyen en la política porque solo podemos alcanzar una vida buena en un entonces adecuado de convivencia.
5.1 ¿Qué es la moral?
La palabra moral viene de mos que significa << costumbre o hábito >>.
La moral es el conjunto de comportamientos, actitudes y valores que se transmiten mediante la costumbre la tradición dentro de un grupo humano determinado y que obliga a todos sus miembros.
La moral guía nuestras actuaciones y nos indica lo correcto o incorrecto de una acción. Las morales particulares de las personas pueden coincidir en muchos aspectos, pero también diferenciarse en algunas exigencias. Estas diferencias son mucho mayores entre miembros de diferentes culturas. Así lo que en una de ellas puede ser normalmente aceptado, en otra puede ser objeto de una prohibición muy severa.
5.2 ¿Qué es la ética?
La palabra ética viene de éthos, que significa << carácter >>.
La ética es la reflexión de carácter filosófico, basada en el análisis crítico y la razón sobre la oportunidad y conveniencia de la distintas morales pero también la formación y consolidación del carácter mediante la adquisición de una serie de hábitos o costumbres.
La reflexión ética consiste en:
·Someter a crítica nuestros propios criterios morales y los de los demás. Este ejercicio proporciona una idea, más o menos razonadas de lo que está bien y lo que está mal, y conformar una moral particular, que suele coincidir en lo esencial con la de otras personas del grupo social o cultural.
·Reflexionar sobre la propia vida. Esta actividad permite plantearnos su sentido, hacia dónde nos dirigimos y qué nos proponemos.
·Buscar las razones por las que defendemos una idea y no otra. La reflexión ética exige que nos responsabilicemos de nuestras opiniones y que las defendamos con argumentos.
5.3 ¿Qué es la política?
La política es la disposición a reflexionar sobre la administración y el gobierno de una sociedad y a actuar sobre ellos mediante el uso del poder y la autoridad. También consiste en realizar el análisis de los principios ideológicos desde un punto de vista ético.
Actuar en política podría considerarse una de las actividades más nobles del ser humano, ya que implica una labor de servicio hacia los demás en la que se intentan superar conflictos y problemas mediante el sentido común y el diálogo. Sin embargo, en ocasiones se utiliza como medio para obtener el beneficio individual de dominio sobre la sociedad.
TEMA 2
1 LO QUE ORIENTA NUETRA CONDUCTA
El ser humano orienta su conducta en función de una serie de factores entre los que cabe citar:
·El placer y los instintos, que le hacen actuar de acuerdo a lo que le agrada y evitar lo que le desagrada.
·La presión social, que le lleva a imitar modelos de comportamiento de la sociedad en la que vive.
·Las normas y leyes establecidas para organizar la convivencia.
·Los valores y las normas morales
1.1 Los valores morales
Los valores morales son aquellas cualidades o ideales humanos que apreciamos especialmente. A todo valor se le opone un contravalor o valor negativo, a la bondad se le opone la maldad; a la libertad, la esclavitud; a la igualdad, la desigualdad y a la justicia, la injusticia. De la misma manera que apreciamos los valores morales positivos rechazamos los negativos.
A lo lardo de la vida, como resultado de nuestra experiencia y reflexión según crecemos como personas, organizamos estos valores en una jerarquía que constituye nuestra identidad moral. Esta jerarquía de valores:
·Nos ayuda a situarnos en la realidad y a interpretarla en un sentido moral.
·Orienta nuestro comportamiento y nos guía en las decisiones que tomamos y que implican nuestra vida presente y futura.
Puede ser modificada, ya que podemos incorporar nuevos valores y desechar otros que no consideramos ya importantes.
1.2 Las normas morales
Las normas son las pautas de comportamiento, hábitos o reglas que tienen como objetivo regular la convivencia. Se exponen en forma de mandato o imperativo que nos obliga a comportarnos de una manera determinada.
Las normas morales son pautas de comportamiento o reglas que tienen como origen un valor moral.
·El subjetivismo moral defiende que cada persona es libre de dotarse y adquirir unos valores morales determinados como guías de conducta, por lo que podrían existir tantos sistemas morales como individuos.
·El universalismo moral defiende que, para facilitar la convivencia, compartimos unas normas morales básicas que cualquier persona puede reconocer y desear como válidas para uno mismo y para los demás. A esos mínimos morales compartidos los llamamos valores cívicos.
2 HACIA LA AUTONOMÍA MORAL
2.1 Autonomía y heteronomía moral
·La palabra autonomía proviene de dos vocablos griegos y significa << darse la ley a uno mismo >>. La autonomía es la capacidad que tiene el ser humano de darse a sí mismo libre y voluntariamente las normas que guiarán su conducta. Es la capacidad de reflexionar y elegir para sí aquellas normas o leyes que todos deberíamos darnos a nosotros mismos porque son, en realidad, las que nos hacen progresar como personas.
La autonomía implica la reflexión sobre las normas y los valores establecidos y la voluntad de elegir lo más conveniente, aun en contra de nuestras apetencias.
·La palabra heteronomía también proviene de dos vocablos griegos y significa
<< recibir la ley de oro >>. Una persona es heterónoma cuando actúa o decide según principios o valores que le son impuestos o que no pone en cuestión. La actuación de una persona heterónoma viene dictada por:
ØLos instintos, las inclinaciones o las querencias propias.
ØLa tradición y las normas sociales asumidas de forma irreflexiva.
ØLa autoridad, sea del tipo que sea.
2.2 El desarrollo moral
A lo largo de la vida las personas aprendemos las normas de la sociedad en la que vivimos. Al principio las normas nos vienen de fuera, las aprendemos de nuestra familia, de la escuela, del grupo de amigos, etc. Con el tiempo, vamos interiorizando esas normas, haciéndolas propias, sustituyéndolas por otras nuevas y modificando nuestra jerarquía de valores.
El desarrollo moral consiste en madurar desde la heteronomía, que supone la actuación irreflexiva o basada en la autoridad de otros, hacia la autonomía moral, que implica actuar según unas normas sobre las que hemos reflexionado y que pretenden ser las mejores para cualquier ser humano. Así, cuando maduramos, ganamos en autonomía, libertad y responsabilidad.
3.LA VIDA COMO PROYECTO PERSONAL
3.1 El proyecto fundamental de vida
Nuestra vida se construye día a día, momento a momento. Se trata de un quehacer que implica una continua anticipación e invención de nosotros mismos. Sin embargo, debemos plantearnos seriamente a dónde queremos llegar, porque solo así podremos planificar y establecer los pasos necesarios que nos lleven a realizar nuestro deseo. El ser humano no debe decidir su futuro arbitrariamente, sino conforme a un proyecto fundamental que dé sentido a su vida.
A lo largo de nuestro desarrollo como personas adoptamos unos comportamientos, actitudes y valores que orientan nuestra conducta y elegimos un proyecto de vida. Sin embargo, estas decisiones no son inamovibles: las consecuencias de nuestra conducta llevan a reflexionar desde la ética acerca de aquello que motivó esa conducta y a reforzar, matizar o cambiar en parte nuestro proyecto de vida inicial.
Esta reflexión desde la ética acerca de los criterios en que se basa nuestra conducta, y que nos lleva a elegir un proyecto propio de vida, es lo que hacer que nuestro proyecto ético.
3.2 La vida buena
La vida buena consiste en:
·Actuar de acuerdo con los comportamientos, actitudes y valores que hemos adoptado gracias a la reflexión ética y la experiencia de la vida a lo largo de nuestro proceso de maduración.
·Elegir entre todas las posibilidades que la vida nos presenta la mejor para realizar nuestro proyecto de vida. Si elegimos mal llegaremos obligatoriamente a un lugar que no deseamos (si mato, me hago asesino; si robo, un ladrón…) y no llevaremos una vida buena.
3.1 La realización personal
Una vida buena nos lleva a la realización personal.
Nos realizamos personalmente cuando logramos descubrir nuestro ideal de vida y cuando conseguimos poner en práctica nuestro particular modo de vivir bien, alcanzando las metas que nos habíamos propuesto.
A la realización personal se puede llegar de muchas formas. Cada individuo decide su propia vida y consigue realizarse personalmente a su manera de acuerdo con unas circunstancias concretas del mundo que le ha tocado vivir. De hecho, el entorno social condiciona en buena medida la forma en que las personas se realizan.
4 LA VIDA AFECTIVA
En el desarrollo personal del ser humano ocupa un lugar de gran importancia su vida afectiva.
Desde nuestro nacimiento, vivimos experiencias y nos relacionamos con personas a las que vamos ligando emociones y afectos. Esas personas ( familia, amigos, profesores, etc.) ejercen una gran influencia sobre nosotros y constituyen nuestro entorno afectivo.
4.1 La relación con la familia
La familia es nuestro primer espacio de convivencia y de adquisición de valores morales. Algunas de ellos son el sentido de la autoridad, los roles sociales básicos, el valor del trabajo y de la responsabilidad, el reparto de las tareas domésticas, el cariño y el afecto, el altruismo, la generosidad y la solidaridad. También podemos aprender valores negativos como el uso de la violencia física y verbal, el egoísmo, la falta de respeto y cariño, etc.
La convivencia con nuestros padres, hermanos, abuelos, tíos, primos,etc., es la base de nuestras relaciones futuras. Así, establecer una relación con nuestra familia basada en el afecto , el diálogo y la comprensión es muy importante para tener una vida buena.
La ética nos puede ayudar, a partir de lo que nos aporta el entorno familiar, a adquirir una sensibilidad moral que nos convierta en buenos ciudadanos. En este sentido, la familia es nuestra primera y quizá más importante escuela de ciudadanía, aunque no la única.
4.2 Las relaciones de amistad y amor
Otros ámbitos de desarrollo de nuestra capacidad afectiva y de adquisición de valores morales y cívicos son los amigos y la pareja.
·Los amigos son nuestro segundo grupo de referencia después de la familia. Ejercen sobre nosotros una influencia decisiva aprobando o desaprobado nuestra conducta. En muchos casos, conviene tener en cuenta su opinión, pero cuando su influencia aumenta en exceso o creemos que puede perjudicarnos, debemos proponernos actuar por nosotros mismos, siguiendo nuestro propio criterio.
·La pareja es también una gran importancia en nuestra vida afectiva. Con ella compartimos gran parte de las actitudes y valores que orientan nuestra conducta y el proyecto fundamental de vida. Por ello, la elección de la persona que compartirá tanto con nosotros es uno de los aspectos más importantes para ser feliz y llevar una vida buena. El amor nos puede hacer felices pero también desgraciados, en caso de que la persona amada no nos corresponda o no comparta con nosotros el proyecto fundamental de vida.
5 LA PERSONA Y SU ENTORNO
5.1 La relación con el entorno
Todo lo que nos rodea está continuamente influyendo en la valoración que hacemos de las cosas, en la asignación de roles, el concepto de justicia y la forma de resolver los conflictos.
Además del entorno afectivo, son espacios de adquisición de valores.
·La escuela, el trabajo y otros espacios públicos de convivencia. La escuela constituye el primer espacio público común en el que se confrontan los valores adquiridos en la familia. Esta debe proporcionar a los jóvenes la posibilidad de reforzar valores adquiridos y adquirir otros nuevos, así como normas básicas de convivencia.
·Los medios de comunicación de masas y la publicidad. La prensa y, en especial, la televisión también transmiten ideales de conducta y pautas de comportamiento. En este sentido, hay que destacar la importancia de los llamados << personajes de influencia >>, entre los que cabe citar deportistas, artistas, escritores, etc., que se convierten en modelos de referencia a imitar.
5.2 La solidaridad, un compromiso con los demás
La vida en comunidad nos obliga a ser responsables y a asumir que nuestras decisiones afectan a los demás positiva y negativamente. En la medida en que reconocemos que algunas personas sufren, tienen problemas y experimentan dificultades, desarrollamos el sentimiento de la solidaridad que puede ejercerse de varias maneras. Dos ejemplos son:
·Las ONG (Organizaciones No Gubernamentales). Se caracterizan por su independencia de los gobiernos. En ellas colaboran de forma voluntaria personas que comparten el mismo objetivo solidario: la defensa del medio ambiente, la ayuda a los << sin techo >>, a los presos de conciencia, la lucha por la libertad de información, por el acceso a la salud y a medicinas, a la educación, etc.
·La participación ciudadana. Consiste en colaborar en asuntos de carácter público que tienen por objetivo un mejor funcionamiento de la comunidad y la sociedad en la que vivimos. Las asociaciones de vecinos, los partidos políticos, los sindicatos y otras asociaciones de diverso carácter permiten que nuestras opiniones sean tenidas en cuenta.
TEMA 3
1 LAS TEORÍAS ÉTICAS
1.1 ¿Qué es una teoría ética?
La ética es la reflexión filosófica sobre la moral
·Estudia el origen y la convivencia de los distintos códigos morales
·Sugiere hacia dónde debe orientarse nuestra conducta
·Analiza las consecuencias de nuestras acciones morales
·Nos ayuda a elaborar un juicio moral en cado de dilema
·Fundamenta la acción moral aunque esta no plantee problemas.
Las teorías éticas son la exposición razonada de aquello que explica el comportamiento moral de las personas. Estas suponen un esfuerzo del pensamiento por comprender la condición humana y ofrecen una explicación coherente y profunda de nuestra acciones.
1.2 Las disitintas teorías éticas
Aunque hay muchas teorías éticas, podemos distinguir tres grandes grupos:
·Las éticas de los fines. Todas ellas parten de una pregunta: ¿cuál es el fin hacia el que orientamos nuestras acciones? Se interesan por el fin o las consecuencias de las que disfrutaremos si seguimos una serie de normas.
Unas teorías, como las de Aristóteles y Epicuro, defienden que el comportamiento humano se orienta hacia la búsqueda de la felicidad individual, mientras que otros pensadores, como Hume, Bentham o Stuart Mill, mantienen que se dirige hacia la búsqueda de la felicidad o utilidad del mayor número de personas posible.
·Las éticas del deber. Estas éticas no se preguntan qué nos hará felices, sino a qué estamos obligados como seres humanos dotados de razón. Estas teorías parten de la pregunta: ¿Cuál es nuestro deber? No están interesadas tanto por las consecuencias, sino por lo que la razón dicta que es lo más justo.
Las éticas del deber surgieron en torno a la figura humana de Immanuel Kant, y entre ellas destacan las de los filósofos existencialistas, como Jean-Paul Sartre, y otras posteriores basadas en el diálogo y la comunicación.
·Las éticas actuales. Existen en la actualidad éticas centradas en problemas concretos de nuestro mundo, como la ética ecológica o ambiental o la bioética, así como las llamadas éticas posmodernas, que proponen romper con todo intento de elaborar cualquier tipo de teoría ética.
2 ÉTICAS DE LOS FINES, ARISTÓTELES Y EPICURO
2.1 El << eudemonismo >> de Aristóteles
Aristóteles (384-322 a.C.) escribió los primeros tratados sistemáticos de ética, en los que expone aquello que explica el comportamiento moral de las personas.
Su teoría ética defiende que el fin último del ser humano, lo que explica su comportamiento moral, es alcanzar la felicidad. Felicidad es eudaimonía en griego, de ahí el término eudemonismo para referirse a su ética.
Aristóteles sostiene que todos los seres humanos desean, por naturaleza ser felices, pero es evidente que pocos lo consiguen. La principal razón es que toman decisiones equivocadas y confunden la felicidad con la ambición personal, la riqueza o el prestigio.
Para no equivocarse, Aristóteles cree que es preciso hacer uso de la razón y no elegir la opción más beneficiosa a primera vista, sino la más prudente, la que se sitúa en el término medio entre el exceso y el defecto. Así, la persona prudente decide, sin cobardía ni temeridad, lo que es mejor para el conjunto de su vida y no lo que le conviene en el momento.
2.2 El << hedonismo >> de Epicuro
Otra de las aportaciones de la ética griega es el hedonismo de Epicuro (341-270 a.C.).
Esta teoría defiende que el fin último del ser humano es alcanzar la felicidad entendida como placer. Placer es hedoné en griego, de ahí el término hedonismo para referirse a esta ética.
Para Epicuro, el comportamiento del ser humano se explica en la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Sin embargo, Epicuro no se refiere solo a placeres y dolores corporales, sino también espirituales.
El máximo de placer para Epicuro se encuentra en:
·La tranquilidad de espíritu, una vez Satisfechas todas las necesidades.
·La ausencia de preocupaciones y de sufrimientos. Se trata de conseguir que la enfermedad, el destino o la muerte ya no nos preocupen.
3 ÉTICAS DE LOS FINES, HUME, BENTHAM Y STUART MILL
3.1 El << emotivismo moral >> de David Hume
Frente al individualismo epicúreo, el filósofo escocés David Hume (1711-1776) defendía que lo que explica el comportamiento moral del ser humano es alcanzar el gozo, el bienestar y la felicidad del mayor número de personas posible.
Para Hume, no es posible ser felices en solitario; necesitamos la felicidad de los que nos rodea. Por esta razón, consideraba muy importante el concepto de simpatía y de cercanía hacia los demás.
Asimismo, para este autor la ética es un asunto más de sentimiento que de razón, loque se conoce como emotivismo moral. De esta forma, una acción moral es para nosotros buena o mala no porque la razón así nos lo indique, sino en función del sentimiento positivo o negativo que nos provoca.
3.2 El << utilitarismo >> de Bentham y John Stuart Mill
Como Hume, Jeremy Bentham (1748-1832) afirma que el ser humano actúa siempre movido por la búsqueda de la felicidad del mayor número de personas posible. Pero añade un nuevo concepto: lo que nos produce placer y felicidad es bueno y, por tanto, útil.
Bentham introduce, asimismo, la posibilidad de medir los placeres, que se diferencian en lo que a cantidad se refiere y pueden ser ordenador jerárquicamente desde este punto de vista.
Por su parte, John Stuart Mill (1806-1873) añade a la teoría utilitarista de Bentham que los placeres no solo se diferencian en lo que se refiere a la cantidad, sino también en lo que respecta a la cualidad. Así, existen placeres superiores (morales e intelectuales) e inferiores (físicos).
Puesto que el fin último es que el mayor número de personas en una sociedad alcancen esos placeres superiores, no se trata solo de lograr la mejora material de la sociedad; además, hay que ocuparse del desarrollo de los individuos y de sus intereses más profundos y permanentes, es decir, del progreso espiritual del hombre, que solo es posible en libertad.
El mejor sistema política será, por tanto, aquel que garantice la ,ayor libertad para los individuos y su progreso moral. Por eso, para Stuart Mill la democracia es la mejor forma de gobierno.
4 ÉTICAS DEL DEBER. KANT Y EL EXISTENCIALISMO
4.1 La teoría ética de Kant
Frente a las teorías anteriores, que afirmaba que el criterio que guía el comportamiento moral es la búsqueda de la felicidad del placer o de la utilidad, a finales del siglo XVIII, el filósofo Immanuel Kant (1724-1804) planteó una ética radicalmente diferente a todas las anteriores.
Kant explica que nuestro comportamiento no debe basarse en buscar un premio o evitar un castigo, sino en lo que la razón nos dicta que es nuestro deber. El deber consiste en actuar con lo que hay que hacer, aunque de ello no obtengamos ningún beneficio.
Kant defiende que es nuestra razón la que nos indica qué leyes morales debemos seguir para comportarnos. Así, serán leyes morales todas aquellas normas morales que puedan ser entendidas como universales, es decir, las que puedan servir para todos los seres humanos en cualquier circunstancia.
A estas leyes morales, entendidas como obligaciones o mandatos para todos, sin distinción alguna, las llamó imperativos categóricos.
Para valorar una acción, Kant considera que debemos tener en cuenta la propia acción en sí, pero sobre todo la voluntad que la ha motivado, es decir, si responde o no a un imperativo categórico. Así, en una acción correcta, distingue la que se ha ralizado:
·Por deber, si el principio que la ha inspirado es universal, es decir, válido para cualquier ser humano.
·Conforme al deber, si aun estando de acuerdo con la ley moral, la ha inspirado un motivo egoísta.
4.3 La ética existencialista
Jean-Paul Sartre (1905-1980), uno de los principales representantes de esta corriente, plantea una filosofía pesimista en la que concluye que la vida humana carece de sentido. Asimismo, piensa que el hombre está solo y abandonado y es libre. Sin embargo, la libertad no es entendida como bien, sin como una condena.
La ética existencialista es una ética del deber que se basa que se basa en dos principios:
·Elegir esto o aquello es dar al mismo tiempo valor a lo elegido, porque siempre elegiremos lo bueno, nunca lo malo.
·Elegimos como bueno para nosotros lo que pensamos que es bueno para todos.
La principal diferencia respecto a la ética de Kant es que, para el existencialismo, la razón no siempre indica qué hacer en determinadas situaciones; por tanto, el hombre se verá obligado a elegir una de las opciones, lo que le producirá angustia. Por ello, el ser humano debe construir un proyecto vital en una existencia moralmente comprometida.
5 ÉTICAS DIALÓGICAS Y DE LA JUSTICIA
5.1 Las éticas dialógicas o de la comunicación
A raíz de los desastres ocasionados por la Segunda Guerra Mundial y el impacto derivado del holocausto judío causado por los nazis, surgieron nuevas éticas basadas en el diálogo y la comunicación. Entre estas cabe destacar la del filósofo alemán Jürgen Habermas (1929).
Habermas plantea una ética del deber en la que, a diferencia de la de Kant, la universalidad se logra por medio del diálogo.
Así, una norma adquiere validez universal cuando:
·Su elaboración se ha conseguido mediante este procedimiento, basado en la comunicación.
·Podría ser aprobada por todos los afectados en caso de que estos participaran en el diálogo.
Con la incorporación de la comunicación a la ética, hablante y oyente comparten nociones morales y establecen por consenso las bases de un comportamiento justo y correcto.
A partir de este planteamiento, algunos filósofos, como el español Javier Muguerza (1936), proponen que, para avanzar hacia una sociedad cada vez mejor y más justa, es necesario mostrar la disconformidad con la situación actual. Es precisamente el disenso y no el consenso lo que permite el progreso moral social.
5.2 La ética de la justiciade John Rawls
El filósofo norteamericano John Rawls (1921-2002) publicó en 1971 su Teoría de la justicia. En esta obra plantea que un comportamiento es moralmente aceptable cuando respeta ciertos valores llamados principios de justicia.
Estos principios, válidos para toda la humanidad sea cual sea el lugar o el tiempo, serían el resultado de un pacto entre un grupo de individuos que lo ignoran todo de sí mismos, incluida la posición social que ocuparán, para evitar la parcialidad de la búsqueda de los propios intereses.
Los principios de justicia que regirán la vida social están recogidos en un hipotético contrato y son dos:
·El principio de la máxima libertad compatible
·El principio de justicia social. Este admite ciertas desigualdades con tal de que se respete la igualdad de oportunidades y se promueva un mayor beneficio para los menos aventajados.